miércoles, 19 de noviembre de 2014

NOMBRES CON ORIGEN BÁRBARO, GODO.






Extraído de la pág http://www.elmundo.es/elmundo/2007/08/26/espana/1188138032.html Especialista en toponimia, Hermógenes Perdiguero ha indagado en el terreno de la onomástica para determinar el origen y el significado de esos nombres. Tarea complicada -dice- porque muchos de ellos "proceden de una lengua como el germánico que ha desaparecido o que ha dado lugar a varias lenguas en la actualidad". A pesar de que "la invasión de Hispania por los visigodos en el siglo VI dejó aquí muchos nombres germánicos, no se conoce bien el significado de los radicales o componentes originarios de algunos de ellos", explica este filólogo. Con estas cautelas, establece algunos significados de nombres germánicos como Arnulfo: águila y lobo; Sindulgo:camino del lobo; Heriberto; ejército bueno. Aun reconociendo que es cierto que "no suenan bien al oído" destaca sin embargo la belleza de sus significados Del merovingio, lengua relacionada con la germánica y hablada por los francos proceden: Clodoaldo: fama y gobierno; Clodoveo: fama y lucha, o Clotilde: fama y batalla. Y del anglosajón: Edeltrudis: noble y fiel, leal; Etelvina: noble y amigo. Y otros, de procedencia de lenguas mediterráneas como: Acisclo (latín): hacha pequeña; Antimo (griego): florido, flor; Baraquisio (hebreo): rayo, relámpago. Aun reconociendo que es cierto que "no suenan bien al oído" destaca sin embargo la belleza de sus significados, y además "con estos nombres, no hacen falta apellidos", agrega con humor.

Fredesvinda, Clodoaldo o Baraquisio son solo algunos de los muchos nombres raros, y poco a poco en desuso, que llevan los habitantes del pueblo de Huerta de Rey en Burgos (España).
Se estima que en la localidad burgalesa de aproximadamente 900 pobladores hay 300 nombres fuera de lo común como Orencia, Sinclética, Tenebrina o Basilides, para ellas, o Rudesindo, Onesiforo, Floripes o Ursicinio.
“La invasión de Hispania por los visigodos en el siglo VI dejó aquí muchos nombres germánicos, no se conoce bien el significado de los radicales o componentes originarios de algunos de ellos”, señaló el especialista en toponimia, Hermógenes Perdiguero, natural de Huerta de Rey.
Sin embargo, varias de estas identidades extravagantes tienen significado y están reunidas en el “Diccionario de nombres propios” de Roberto Faure y en el “Diccionario de nombres de persona” de Josep María Albaigès.
A partir de tales textos se desprende que, por ejemplo, en el caso germánico, Arnulfo quiere decir águila y lobo; Sindulgo, camino del lobo; Heriberto, ejército bueno.
Del merovingio, lengua relacionada con la germánica y hablada por los francos, Clodoaldo es fama y gobierno; Clodoveo, fama y lucha; Clotilde, fama y batalla.
Del anglosajón, Edeltrudis significa noble y fiel; Etelvina, noble y amiga. De lenguas mediterráneas, Acisclo (latín) es hacha pequeña; Antimo (giego), florido; Baraquisio (hebreo), rayo o relámpago.
Otros nombres raros y que están desapareciendo por su desuso son Mainario, Edelberto, Esdras y Teófanes.